Atolondrado desfile de pechos y divismo,
la falsedad es la piedra fundacional
de semejante demodulador de nuestra cotidianeidad.
Cuando llega la pausa, no dejo preguntarme
por qué nunca recuerdo que mirar a
Tinelli me hace mal a la digestión.
¿La amnesia tendrá fines terapéuticos?
Entonces, la conciencia me grita
una máxima para recordar
ante cualquier paso en falso:
¡Apagá la tele y prendé la vida!
Mi nombre ya respira.
1 comentario:
ya lo había degustado pero olvidé dejar mi impresión sobre este tema, ¡buenísimo!, no hacía falta más para redondear esto que comparto infinitamente.
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