minombreyaescancion@yahoo.com.ar

domingo, 16 de marzo de 2008

Sensibilidad sonora

Nunca supe lo que podía generar el pedido de un deseo genuino, uno que sirviera para llegar a los demás y sus profundidades. Puse oídos a la obra y no sólo mejoraron, sino que empezaron a crecer. Ahora cargo con todo un arsenal en mi cabeza gracias a estos oídos gigantes. Tengo un bailaor flamenco con todo su zapateo, las sandalias de la chica nueva y sus risitas, el desmantelamiento del departamento de un ególatra del cuarto piso, el cuchicheo malicioso que nunca ha de faltar y, sin embargo, nada de todo eso logra tapar el grito interior de ¡esto sí es estar de vuelta en el trabajo!

Así, podré seguir sin entender aquello que mi hermano canta (¿por qué las respuestas a mis planteos juegan a las escondidas?), pero satisfecha porque él me dio un regalo perfecto: ahora Valparaíso se asoma desde una taza y tengo algo que miro todos los días y sólo me produce futuro.

Mi nombre ya está aturdido.

1 comentario:

Diego M dijo...

Debo admitir que no es un texto fácil (al menos para mí, lo que no dice mucho, porque mis neuronas no son demasiado despiertas)
Pero a la tercera leída uno ya lo va descascarando.
Además, "Sordera" merecía un cruzalink :-)
Besotes!