Sí, me fui de vacaciones: me abrí la cabeza y dejé que se renovara el aire caldeado de un año a todo motor. Entró el sol y secó los charquitos que habían quedado de alguna vez en que el tanque rebalsó y no había plomero cerca que pudiera ponerle un freno a la inundación. Mis neuronas salieron a correr como chicos que salen de la escuela en el último día de clases. Y mi cerebelo barrenó las olas que tenía guardadas en un bolsillo y le llevé de regalo a los ríos cordobeses. Pero de tanto viento, agua fresca, alfajores y polvo de piedras, las ideas se me hicieron una madeja tan enmarañada tan enmarañada que ahora no puedo sacar ni una sola. No hasta que me siente, con toda la paciencia del mundo, a desgranarlas una a una, para formar una cadena de textos que me cuente una historia, una mega argumentación a favor de mi neurosis, de la cual yo misma ansío conocer el desenlace.
Mi nombre ya es chapuzón.
Mi nombre ya es chapuzón.
2 comentarios:
Ajá! Srita Mi nombre ya es: como su auténtico concubino-fan, le solicito que me informe cuando actualiza el blog. Que esto no es un evento de todos los días che!!
Desde acá y desde allá espero esa madeja desmadejada de ideas que van a tejer historias muy buenas, como las que ya supiste escribir, en otros tiempos, cuando tenías más tiempo, o te podías hacer un tiempo, para sentarte tranquila y poner a trabajar a las neuronas, como si fuese el primer día de clases.
Te amo :-)
Parece ser que los neuróticos obsesivos (de los cuales tal vez sea yo no de los más notables referentes), no nos podemos tomar vacaciones de nosotros mismos...
Queremos que vuelva Jime
Queremos que vuelva Jime!!
Queremos que vuelva Jime!!!
(vos me entendés, no?)
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