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sábado, 3 de mayo de 2008

Métrica


me acostumbré a la cama grande
y a sentirte
a tus dos grados más que los míos
tan necesarios en invierno
a pegarme a tu hombro
cuando me asusto
y a darte la espalda
cuando roncás

hasta me acostumbré a los moretones
en la rodilla
prueba de mi poca noción del espacio
a oscuras
a ocultarte la perra con las piernas
prueba de mi falta de decoro
entre las sábanas
y a tu ingreso onírico en un instante
acompañado de todas las vueltas
que puedo ser

me acostumbré al espaciotiempo
de una cama
de dos plazas y media
pero no a la distancia que atraviesa
la panamericana

sin embargo, no me gusta nada
tener que desacostumbrarme
y dormir en mi cama de una plaza

Mi nombre ya duerme solito.

1 comentario:

Diego M dijo...

De los tropiezos también se aprende ¿no? es más, creo que es de donde más se aprende.
Hermosa poesía de convivencia. Yo tampoco me acostumbro a la media cama vacía, será por eso que no uso tu mitad, porque te la estoy guardando :-)
Besitos en la oreja!