Hoy, una plegaria es para vos,
porque es 3 de julio
y mis lágrimas llevaban tu nombre.
Dos alitas son para un niño pequeño,
porque hay una historia más triste
que la nuestra.
Entonces, me doy cuenta
de que los adjetivos no alcanzan
para calificar algunas tragedias.
No sé si la muerte pueda ser blanca,
pero tiene una mano rápida
y mi compresión es lenta.
Y yo no te tengo a vos, papá,
para que me expliques
por qué hay cajones tan pequeños.
Mi nombre ya es una plegaria para un niño dormido (a mí papá le gustaba Almendra).
1 comentario:
Ay... me hiciste llorar.
Te entiendo, aunque no conozco en carne propia lo que pasaste (pero sí de tu boca)
Entiendo el dolor de Sergio y Naty también.
Hay días (como los malditos 3 de julio) que deberían ser eternamente borrados de los almanaques.
Te quiero mucho.
Besotes!
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