A César, quien me hace reflexionar sin querer queriendo
Hace poco, un intercambio epistolar con un amigo me forzó, casi como un estornudo, a dejar salir qué es lo que pienso sobre el proceso de escritura. Me sorprendió lo rápido que el concepto encontró su definición según mis palabras. Fue como si desde hace tiempo hubiera pactado conmigo misma que ya tenía una respuesta a la pregunta “¿qué es lo que usted cree sobre el proceso creativo de un escritor?” y que ésta sólo sería dada cuando la pregunta fuera otra, cuando el contexto fuera “¿cómo estás? Hace mucho que no nos vemos ¿Cómo va el taller literario?”.
Y, así, en medio las cotidianidades que se comentan los amigos, esto fue lo que le escribí: “Lo de la escritura es un proceso impredecible. Yo creo que uno incorpora las cosas como de golpe, cuando se distrae y el inconsciente toma el poder de la embarcación. Con suerte, cuando la parte consciente retoma la conducción, uno se da cuenta de que esas ideas son buenas y lo único que hace es pulir con delicadeza y no recortar con guadaña. La práctica es lo mejor de todo. La práctica por el solo hecho de tratar de resolver una cosa, claro. Nada de querer escribir una gran obra. Eso no sirve”.
Mi nombre ya es definición.
Y, así, en medio las cotidianidades que se comentan los amigos, esto fue lo que le escribí: “Lo de la escritura es un proceso impredecible. Yo creo que uno incorpora las cosas como de golpe, cuando se distrae y el inconsciente toma el poder de la embarcación. Con suerte, cuando la parte consciente retoma la conducción, uno se da cuenta de que esas ideas son buenas y lo único que hace es pulir con delicadeza y no recortar con guadaña. La práctica es lo mejor de todo. La práctica por el solo hecho de tratar de resolver una cosa, claro. Nada de querer escribir una gran obra. Eso no sirve”.
Mi nombre ya es definición.
6 comentarios:
A este texto también le cabría el título de "Hoy pegué una definición bárbara" ;-)
Muy bueno, tiene que ir a la portada de Cruzagramas en el futuro!!
Besotes!
Muy buena definición Jime. Estoy completamente de acuerdo. A veces uno intenta, conscientemente, desarrollar una historia, pero no hay dudas de que las mejores aparecen cuando uno se distrae.
Saludos.
Uy, ¡qué loco! Justo hoy estaba pensando en escribirte, Lucas. ¡Ni que te hubiera llamado con el pensamiento! ¿Estaré a punto de distraerme tanto como pasarme al género fantástico? Mmm, una mina tan controladora como yo se volvería loca en un mundo en el que lo que precisamente no vale ¡son las explicaciones lógicas! Ahhh, no podría vivir así... ni siquiera a través de mis personajes. :-)
No estaría nada mal que experimentes un poco en el mundo fantástico, te alejaría de aquel otro mundo poblado de leyes y códigos civiles. Además, en el mundo fantástico las explicaciones lógicas son las únicas que valen. Se trata de hacer que algo que no es normal se vea verosímil, y sólo lo lógico es verosímil. De allí las explicaciones científicas para los zombies o los registros históricos de los vampiros. No importa lo que se escriba, hay que insertarlo en un marco lógico para hacerlo verosímil (aunque no necesariamente tenga que ser posible). En fin, una vez más corro el riesgo de aburrirte. Me alegro de que estés bien y ojalá nos veamos pronto. No dejes de escribir, que cada vez lo hacés mejor.
Saludos.
Jimena,
Noe Jitrik dijo algo relacionado con este tema en una entrevista.
http://www.youtube.com/watch?v=WMFcMVSiCM8
Espero que te guste.
Saludos!!
Me honra el hecho de saber que pasaste por aquí nomás, pero que además puedas escribir mi nombre junto al de Noé Jitrik en una misma oración es ya demasiado para mi pecho enchido (no mires que queda feo) (tampoco te andes imaginando cosas que también queda feo).
Un abrazo.
Publicar un comentario