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domingo, 25 de febrero de 2007

Yorugua

Debo admitir que es que no tenga nuevas ideas últimamente; las tengo. Pero, por primera vez en mi vida, estoy más ocupada en disfrutar de mis sentimientos con cada milímetro de mi ser (existencialista) que en tratar de plasmarlos en una pantalla o sobre el papel. Sin embargo, no quiero andar mezquindándole a los demás toda esa poesía en la que vivo, así que, hoy, he recurrido a un grande para que pinte aquello que mis ojos bebieron y que me emborrachó de belleza en las vacaciones. (El resto de la borrachera de felicidad se la debo a Diego... pero eso lo dejo para otro día.)


Oda al Uruguay

“...Uruguay es palabra de pájaros, o idioma del agua.
Es sílaba de una cascada, es tormento de cristalería.
Uruguay es la voz de las frutas en la primavera fragante,
Es un beso fluvial de los bosques
Y la máscara azul del Atlántico.
Uruguay es la ropa tendida en el oro de un día de viento.
Es el pan en la mesa de América,
La pureza del pan en la mesa.”
Pablo Neruda

Mi nombre ya es chivito uruguayo.

martes, 20 de febrero de 2007

Un nuevo día

...y entonces me acuerdo de que, el sábado, Rotman repetía dóndeestálafelicidaddóndeestálafelicidaddóndeestálafelicidaddónde... y en la tele pasan "Perdidos en Tokio" y pienso en que te gustan las películas de Sofía Coppola. Ceno con vino y me dispara una sonrisa, porque a vos no te gusta y tuviste que fingir con tu padrino en Entre Ríos. Mientras, lucho con mis labios hinchados para tratar de meter un pedacito de milanesa en mi estómago y me pregunto si a vos te gustarán las milanesas tanto como a mí. Entonces, quiero contarte todo esto y dónde estarán las lapiceras que siempre andan dando vueltas por mi casa que, ahora, no las encuentro y habrá un pedazo de papel por acá (bah, mejor me robo una hoja de la pila para imprimir), y aquí estoy, otro día empieza y yo lo empiezo escribiéndote a vos. Pruebo con el sorbete nomás, pero mis labios siguen sedientos de vos, ansiosos de vos... y acá está la felicidad, dijiste.

Mi nombre ya es tuyo.

domingo, 18 de febrero de 2007

Y entonces llegó el domingo

¿Cómo besar a alguien a través de una patalla? ¿Cómo hacer vibrar a alguien a través de tipografías cotidianas? ¿Cómo no sentirme inevitablemente desnuda frente a tus ojos? Vos sabés cómo. Y también sabés lo relativo que puede ser todo cuando alguien te regala una nueva mirada. En verdad, puedo haber tenido muchas vidas, pero ninguna existencia ha sido (ni será) tan plena, feliz y real (no puedo dejar de repetirme que esto es real y me está sucediendo a mí) que esta existencia a tu lado. No dejo de rezarle a mi suerte diciéndole que la vida dieciséis es la vencida.
Y, ¿sabés qué? El vacío ya no existe. La nada se esfumó. El tiempo puede variar en su paso. Pero, desde el día en que me besaste, la estimada señorita soledad me dijo adiós. Y el domingo, que era el día inexistente, el del soliloquio devorador, se transformó en el dulce despertar de aquellos sueños que me prohibía bocetar siquiera, y que ahora deslizo tímidamente en el teclado. Tu mirada me da coraje, me da vida.
Mi nombre era canción, nuestros nombres son sinfonía.